San Jorge: día del libro, de autores y de traductores

Ampersand

Patricio Pron - San Jorge, autores-traductoresSi nos seguís en Twitter, habréis visto que llevamos algunos días recomendando libros para el día de San Jorge, también llamado «Día del Libro». Son bastante eclécticos, desde comedias románticas hasta thrillers, pasando por novelas juveniles. Como no podemos olvidar que somos traductores además de lectores, hemos incluido algunas traducciones, para difundir el muy buen trabajo que se hace y también para que podáis disfrutarlo.

Sin embargo, las traducciones no son las únicas obras de traductores de las que podemos disfrutar. La traducción es una actividad compatible con muchas otras profesiones y, al tener un componente de escritura muy importante, hay muchos casos de traductores que también escriben o escritores que también traducen.

Buscando un poco, encontraremos autores-traductores de todo tipo: desde escritores consagrados, como Javier Marías –ganador en 1979 del entonces premio nacional de traducción, el premio Fray Luis de León–, Quim Monzó o Sergi Pàmies, hasta autores más noveles, como Tina Vallès, Marina Espasa, Yannick Garcia o Patricio Pron. Este último, por ejemplo, acaba de publicar No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles (Literatura Random House).

Zgustova - San Jorge, autores-traductoresUn caso destacable es el de Monika Zgustová. Establecida desde hace tiempo en Cataluña, ha conseguido dominar el catalán y el castellano de tal forma que traduce a estas lenguas, y gracias a ella hemos podido descubrir a los autores más importantes de la literatura checa. A pesar de que siempre seamos partidarios de que se encargue de la traducción un traductor nativo de la lengua de llegada, de vez en cuando podemos hacer alguna excepción. Además de traducir, escribe su propia obra en lengua catalana y castellana, como su último libro, Las rosas de Stalin (Galaxia Gutenberg), que puede ser uno de los más vendidos de esta campaña de San Jorge.

Y por si alguien pensaba que los escritores solo se dedican a traducir literatura, tenemos el ejemplo de Eduardo Mendoza, que trabajó como traductor de la Organización de las Naciones Unidas de 1973 a 1982. Los aficionados al análisis literario podrían comparar la influencia que tiene en la obra de los autores la traducción literaria y la traducción de documentación; tras leer La ciudad de los prodigios o Sin noticias de Gurb (ambos de Seix Barral) nos atreveríamos a decir que para Mendoza no tuvo un efecto negativo.

En este día de San Jorge os animamos a que os hagáis con libros de buenos autores-traductores. ¡No os arrepentiréis!